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lunes, 24 de enero de 2011

Efecto Serendipity

Serendipity, o Serendipia, es como se llama a un hallazgo afortunado e inesperado. Como cuando Arquímedes resolvió su problema al tomar un baño, o cuando Fleming descubrió la penicilina porque un moho contaminó un cultivo de bacterias, o como cuando Colón llegó a América creyendo que era Asia. Pero también ocurre en cosas más cotidianas.

A veces, uno se sale del camino y se encuentra con alguien a quien estaba buscando. A veces, uno va a una reunión donde no conoce a nadie y encuentra a quien se vuelve su mejor amigo. A veces, en una conversación al azar, la otra persona menciona la pista para un problema que hacía días no lograbamos resolver.

El efecto se favorece con el azar. Si una persona no se sale mucho de su rutina, es mas difícil que ocurra. Pero si sale y experimenta el azar, es más probable que Serendipity se manifieste.

Por eso, puede ser util generar azar conscientemente. Tomar de vez en cuando un camino diferente para llegar al trabajo, asistir a un evento al que normalmente no se iría, pedir un plato diferente al que normalmente se pide, visitar otros restaurantes, otros cines, otras tiendas, viajar.

Twitter, Facebook, los boletines por email, etc funcionan tambien para eso. Alguien a quien sigas puede mencionar una página, que te conduce a otra, y a otra a la que quizás nunca hubieras buscado en Google, y te inspira a conocer algo que después resulta que te ayuda.

Y, como Serendipity es algo inesperado, es mejor tener la mente abierta.

Pero ¿realmente existe el azar?. Pienso que el azar es dejar de pretender controlar algo y confiar en lo que surja espontaneamente. La ausencia de control puede parecerle caos al conciente, pero el subconciente se mueve mejor así y puede hacerse cargo de las cosas. Relaciona ideas dispersas que el conciente no podía reunir, o ve oportunidades que el conciente no logra distinguir.

Quizás sea, simplemente, que cuando el conciente se relaja, cuando soltamos el control, cuando confiamos en nuestra intuición, cuando dejamos fluir las cosas, es que dejamos que venga aquello que llamamos.